El pantano
Dicen que todo grupo tiene los siguientes miembros: La líder, la guapa, la lista, la imprescindible sin la cual se separa el grupo y el chico. Mi hermana tenia su grupo desde pequeña, siempre iban juntas a todo.
Cuando acabaron el bachillerato mi hermana Maribel y sus amigas decidieron irse unos días de acampada al pantano de Riudecanyes a celebrarlo. Me ofrecí a llevarlas pero ni mis padres ni los de sus amigas les permitieron quedarse solas a pasar la noche así que decidí quedarme de acampada esos días con ellas.
Sería un poco extraño, aunque me llevaba muy bien con sus amigas, muchas veces las había llevado o acompañado a sitios o había sido su cómplice en alguna escapada.
Además, de toda la vida habíamos ido muchas veces a pasar días allí, ya que nuestros padres nos llevaban muchas veces de niños y sus amigas se apuntaban en ocasiones, les encantaba el lugar por eso lo eligieron para irse de acampada.
Allí fue donde donde nuestros padres nos enseñaron a nadar a Maribel y a mí, y también fue donde yo enseñé más adelante a Laura, una de sus amigas que no había aprendido todavía, Laura era la líder del grupo, siempre se hacía lo que ella decía, tenía un carácter muy fuerte y una gran nobleza, siempre ayudaba a las demás cuando tenían un problema o ante cualquier injusticia, decían de ella que nunca lloraba.
Alejandra, era sin duda la guapa del grupo, una barbie de carne y hueso que se había apuntado al grupo, Eva era la lista y mi hermana era sin duda la que hacía que el grupo siguiera unido.
Llegamos y dejé el coche donde siempre, para ir andando hasta la orilla donde acampamos, montamos las tiendas y ellas se tumbaros a tomar el sol, mientras yo buscaba un libro en mi mochila.
Cuando salí de la tienda y las vi tumbadas al sol tuve una extraña sensación por debajo de mi estomago y es que mis padres son naturalistas. Por eso paramos en aquel rinconcito olvidado, porque nos hemos acostumbrado desde niños pero en ese momento viendo sus cuerpos tostándose al sol, me dí cuenta que ni mi hermana pequeña ni sus amigas eran ya unas niñas.
Me tumbé a su lado y me puse a leer mientras ellas hablaban de sus cosas y de chicos del instituto, no quise participar en la conversación porque era bastante íntima y me sentía en fuera de juego, en esas le preguntaron a Laura si le gustaba algún chico ahora, ella contestó.
―¡Claro! David.
―Pero tía, cuando te vas a dar cuenta que David pasa de ti, ya estuvisteis saliendo y te dejó.
―No lo dejamos, me pidió parar un tiempo y se lo estoy dando.
―Despierta tía, me ha tirado la caña a mí y a Alejandra ―dijo Maribel señalándola.
―A mí antes de estar con Monica y también lo intentó con Marta, etc. ―replicó Alejandra.
En esas Laura se levantó y dijo:
―Voy a bañarme un rato.
Y se fue al agua mientras sus amigas comentaban.
―Me he pasado pero es que se tiene que dar cuenta ya de una vez.
Ninguna de ellas se dio cuenta, supongo que ni se fijaron, la creían así de dura, bueno normalmente era así de dura, sólo yo me dí cuenta que llevaba las pupilas encharcadas como una pequeña fuga mientras contenía la gran explosión.
Me levanté y me fui al agua detrás de ella, cuando me vio acercarme se zabulló para que se le mojara la cara y no se le notaran las lágrimas.
―Déjame, quiero estar sola.
Sin hacerle caso me acerqué hasta ella.
―No te avergüences por llorar, es normal.
Ella iba andando sin meterse a donde cubría, bordeando la orilla nos íbamos alejando de las demás chicas, cuando se dio por vencida de que no la dejaría sola me preguntó.
―¿Por qué no le gusto es que no soy guapa?
Girándose hacia mí, abrió los brazos como posando, para que yo pudiera evaluarla, yo aproveché que se había parado para pasarle el brazo por encima del hombro como medio abrazándola.
―¡Claro que eres guapa! Además, si no le gustaras no hubiera salido contigo
―Ya, pero ahora prefiere cualquier otra antes que a mí
―Bueno, pues ahora quiere cambiar, tendrás que respetarlo
―Pero es que, no lo entiendo ¿Por qué lo hace?
―Bueno los chicos como David son estúpidos, creen que saliendo con muchas chicas serán más machotes, por eso lo ha probado con todas.
―¿Y qué puedo hacer para qué se de cuenta?
―¿Por qué las chicas siempre queréis cambiar a los chicos?
―Yo no quiero cambiarlo sólo quiero que me quiera.
―Ves, debes olvidarle, eres una chica muy maja seguro que encontraras un chico mejor que David.
―Pero yo lo quiero a él.
Estábamos abrazados dentro del pantano pero el agua sólo nos cubría por encima de la cintura, estuvimos un buen rato hablando allí abrazados, podríamos decir que nuestras almas conectaron, ya hacía rato que había dejado de llorar pero seguíamos abrazados, noté que algo importante estaba pasando, me dio un poco de miedo y dije:
―¿Te acuerdas? Aquí fue donde te enseñé a nadar ― intentando cambiar de tema.
―¡Ya!
Contestó ella mientras me miraba con una sonrisa tierna, le había quitado el brazo de encima para soltarla pero ella me seguía abrazando por la cintura con la cabeza en mi pecho, entonces subió la cabeza y me dio un beso en la boca, yo sentí como una descarga que me recorrió en cuerpo, entonces supe que ya había pasado y ya no había vuelta atrás, nos volvimos a besar una y otra vez.
Empezamos a acariciarnos, primero por la espalda, luego más abajo, cada vez con más intensidad, cuando estaba claro como íbamos a acabar ella me pidió.
―Ten cuidado conmigo, que es la primera vez.
Sentí una sensación extraña, como de miedo o de responsabilidad, nunca olvidará este día y era yo el que tenía que hacer que fuera maravilloso.
Entonces nos separamos un poco más del grupo y sobre la arena de la orilla hicimos el amor, lenta y apasionadamente, después nos quedamos abrazados y ella dijo:
―La próxima vez no dirás que aquí me enseñaste a nadar, dirás que aquí me enseñaste a hacer el amor
―Bueno, puedo decir las dos cosas ¿No?
Y desde ese día soy uno más de su grupo, soy el chico y el novio de la líder.
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