¿Qué ves en la foto?
Para ser escritor hay que tener mucha imaginación, por eso he titulado este artículo ¿Qué ves en la foto? La respuesta es obvia: Hay una jaula vacía. Pero un escritor no se puede quedar con eso, tiene que ver más allá. En esa jaula hubo un pájaro, seguramente un canario.
Algunos dirán que los canarios son muy delicados y que es probable que muriera dentro de la jaula y acabara en el cubo de la basura ¡No los escuches! Nunca escribirán nada interesante. Tienes que imaginarte al canario, amarillo si quieres con unas manchas grises en las alas y verlo cantando al sol mientras salta de un palo al otro de la jaula.
Los canarios cantan para atraer a las hembras, así que imagínatelo cantando y esperando que una bella canaria aparezca un día volando atraída por su hermoso cantar. Aunque nada podrían hacer, ya que él está encerrado en esa jaula tan pequeña. Hasta un día en que su dueño se despistó y mientras le limpiaba la jaula escapó… Salió volando libre como un pájaro.
Los canarios son aves tropicales que vienen de las islas canarias y no soportan el frío invierno de aquí pero nuestro héroe (ahora es el momento de ponerle nombre) al que llamaban Piolín como el canario de Warner es muy listo y encontró una nave abandonada donde vivir. El techo de aquella nave deja pasar la luz del sol, y también su calor, antaño fue un almacén de pienso y por eso no le falta comida, ni agua pues tiene goteras que dejan charcos cuando llueve. Allí construye su nido con las ramas que va recogiendo del suelo o de árboles cercanos, así pasa todo el invierno, y podría pasar la primavera si quisiera pero no, le falta algo.
En cuanto llega la primavera sale de su escondrijo a tomar el sol y a cantar. Aunque no canta en aquella nave abandonada, se va a la ciudad. Cerca de donde él vivía hay un parque muy bonito, con árboles, fuentes y muchos pájaros y por supuesto, pájaras. Todas las que ve son de razas distintas, gorriones, jilgueros, etc. pero él no pierde la esperanza de que un día aterrice en esos árboles una bella canaria con la que compartir su nido.
Por eso va todos los días al parque y al anochecer se vuelve a dormir a nido, solo. Hasta el día en que, una bonita canaria llega a su rama atraída por su canto. Él se la mira, es naranja y más joven que él, pero no le importa, ya tiene con quien compartir su nido, que no tardará en estar lleno de huevos.
Ese es el momento más delicado para una pareja de canarios, ya que la madre no puede salir del nido en ningún momento. Si lo hiciera, los huevos se enfriarían y morirían. Una madre nunca permitiría eso, antes se morirá de hambre que ver morir a sus hijos. Por eso su vida depende de Piolín. Otros canarios abandonan a su «esposa» o se despistan en traerle comida pero no Piolin. Además, tiene mucha comida cerca porque el poco pienso que dejaron abandonado para él es una montaña de comida.
Años más tarde, un empresario llega con su coche a la puerta de la nave, pretende adquirir una nave para trasladar su negocio y ha quedado para ver una que lleva años abandonada. Mira el reloj:
«Las dos y cuarto, llega tarde».
Piensa mientras observa el exterior del edificio con un deje de asco.
«Aunque por el precio que la venden ya le arreglaré lo que haga falta».
En ese momento llega un golf de color blanco con el logo de la inmobliaria en la puerta. Del coche baja una vendedora joven y se saludan. Ella se disculpa por haber llegado tarde e intenta abrir la cerradura pero está muy oxidada.
―Déjeme probar a mí.
Haciendo fuerza el señor consigue girar la llave mientras el mecanismo emite un sonido muy parecido a un quejido.
Al entrar, encuentran todo lleno de trastos viejos y polvo como era de esperar pero les sorprende ver un montón de canarios revoloteando de un lado a otro, bajo el techo traslúcido de la nave.
Esto es lo que yo me imagino al ver la jaula vacía ¿Qué te imaginas tú?
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