Hoy hablaremos del accidente de IQOXE, hace quince días era un día normal, hasta que de repente, una enorme explosión sacudió Tarragona, probablemente la mayor explosión que se ha visto a la península. Una explosión capaz de enviar piezas de hierro de una tonelada de peso a tres kilómetros de distancia.

No hacía falta preguntarse donde había estado explosión, todos podíamos ver el enorme incendio que quemaba en la antigua *IQA. Por el que se ve, había estallado el reactor. En el momento la gente empezó a salir a la calle asustada.

Entonces pasó una cosa muy curiosa: Protección civil, a su cuenta de *twitter pedía a la gente confinarse en casa suya, también habían coches de la Guardia Urbana que hacían la misma recomendación con megafonía por los barrios más próximos pero no sonaron las sirenas que avisen de un accidente y fan la misma recomendación.

Tres cuartos temprano después decían que no había riesgo de nube tóxica, que solo quemaba oxido de etileno. Todos vemos la fábrica quemando y sabemos que allá hay de todo pero no había peligro porque la temperatura del fuego era muy alta y esto hace que el humo suba mucho y se vaya lejos.

En la fábrica que quemaba, hace un mes los trabajadores protestaban para pedir más mantenimiento y seguridad. Esta fábrica había recibido sanciones hasta cuatro ocasiones por no tener las medidas de seguridad y no realizar el mantenimiento adecuado. Desde mi punto de vista, sanciones ridículas (8.000€), representan aproximadamente el beneficio que obtienen por hora, y muy inferiores al coste que los representaría cumplir con los requisitos que los exigen.

Todos sabemos que vivimos en un polvorín, estamos acostumbrados a pasar cerca de estos grandes depósitos donde un rombo de colores te indica la peligrosidad del contenido o ver accidentes dentro de alguna de ellas. Incluso muchos dicen que una reacción en cadena podría borrar Tarragona del mapa. Podría ser?

Bien, para hablar de todo esto tenemos con nosotros a Quim Castellví y Robert Hernández